Acepto el caos. Pero no estoy seguro de que el caos me acepte a mi”. Bob Dylan. Duluth, Minnesota, Estados Unidos, 24 de mayo de 1941 Cantante estadounidense.
Las prisas, el fin de año, el comienzo del nuevo, ese cliente que nos debe dinero…Un sinfín de situaciones concretas que, como solemos decir se convierten en árboles que no nos permiten ver el bosque de nuestro verdadero interés: el negocio. El cierre contable anticipado es vital para conocer la verdadera situación de nuestra empresa.
Cuantas veces observamos qué ciertas empresas no llevan su cierre de contabilidad hasta que, con la premura y urgencia definitiva de la obligación de presentar las cuentas anuales, mes de julio, deciden modificar aquí o allá y en definitiva, se ven en la obligación de presentar declaraciones tributarias modificativas o complementarias, porque, claro, ya no ajustan las cuentas y la fiscalidad.
Esto además de ser un quebradero de cabeza para empresa y asesoría, puede tener consecuencias traumáticas, en forma de actos de comprobación fiscal o directamente inspección. Pero, por descontado, la imagen que va a dar nuestra empresa hasta el mes de julio, ¿sabéis qué?, pues eso, que es falsa. Una falsedad que no es grave claro, porque los principales afectados somos nosotros mismos, pero, ¿Cómo voy a poder gestionar adecuadamente mi negocio si donde dice que debo 3.000 euros a un proveedor en realidad debo 500, o si las existencias que marca la contabilidad son tres veces las reales? Qué impuesto de sociedades acabaría teniendo que pagar, si hubiera planificado convenientemente el cierre. Bueno no desesperemos, aún estamos a tiempo. Es principios de enero, nos ponemos manos a la obra.
En primer lugar necesitamos DOCUMENTACIÓN. Todas las facturas del mes de diciembre cuanto antes, el primer día de enero, sería genial. Todos los hechos contables que van a referir dichas facturas deben ser incluidos cuanto antes en la contabilidad para conocer los saldos.
Los/as empresarios/as, que en marzo aún no han cerrado el año contable, y solamente han hecho presentación de impuestos, Iva, retenciones del año y cuarto trimestre, es absolutamente imposible que estén dedicándose al nuevo ejercicio y a su empresa, sobre todo porque carecerán de datos reales sobre lo que construir el nuevo año.
En segundo lugar, y muy importante, necesitamos saber el objetivo que se pretende conseguir por el empresario o empresaria. ¿Cuál es su propuesta de valor?, ¿Qué información es la más relevante para conocer su gestión del año?.
En ocasiones se perseguirá conocer la variación de tesorería, o quizá el resultado antes de impuestos.
En función de esta idea podremos realizar variaciones contables aceptadas normativamente que permitan dirigir la contabilidad en el cierre de la manera propuesta.
Así que ya sabes, conviene ponerse manos a la obra cuanto antes. ¿Te ayudamos?.